3.25.2012

[Rol] Reiji to Mikado [2]

Reiji: -Tomó el celular y puso "grabar" mientras hablaba, viéndolo fijo a los ojos, y todavía sujetando una de sus manos- Mikado, te amo. -le dijo al celular pero al mismo tiempo al otro, para que no se olvidara de que-: Quiero estar contigo hasta que mis días terminen. Deseo pasar las noches a tu lado, ya sea uniéndonos o simplemente abrazándonos y brindándonos calor tanto para nuestro cuerpo como para nuestra alma. Quiero vivir a tu lado. Deseo ser tu escudo y tu arma, mi amor. Quiero que confies en mí plenamente y por supuesto mi más grande y ferviente deseo es que nos sigamos amando después de habernos casado y posteriormente, tener nuestra familia. Así como varias veces te lo he dicho, Mikado, mi amor, mi amante, mi confidente y mi todo, te amo y te amaré hasta que mi vida sea consumida por el tiempo. Tuyo, por siempre, Reiji Azuma. -apretó el botón de "detener" para que quedara guardado-.

Mikado: -pestaño un par de veces-. Mi amor....ese mensaje es -sonrió como idiota-.

Reiji: de nada, de nada~ Pero lo dije en serio. Que no se te olvide.

Mikado: -le dio un beso rapido en los labios- muchas gracias, con este mensaje ya puedo dormir tranquilamente -continuaba sonriendo de esa manera idiota, demostrando su felicidad-.

Reiji: Se hace bien, Ba-ka-do~ -con su mano libre sujetó el rostro del otro y llevó sus labios previamente humedecidos por su lengua, a los del mayor y los besó suavemente durante severos segundos, para después succionar sus labios, intentando llenarse de su sabor, de ese dulce sabor al cual era totalmente adictivo-.

Mikado: mmm...Reij...-era demasiado tarde para pronunciar palabra alguna, de nuevo caía rendido ante sus labios, esos que sabían bien como guiarle y sumergirlo en el dulzor y el calor que aunque negara, producían. Deslizó el celular dejándolo caer al suelo, porque ahora no le importaba, a pesar de contener palabras de tanta importancia, quizo dedicar total atención a su bicho, su único y verdadero amor, porque aunque hubieron otros antes de él, ya sabía que solo podía amara Reiji Azuma. De haber podido correr sus brazos lo hubieran hecho, ganando velocidad para envolverlo y presionarlo contra su cuerpo que pedía por ese contacto como única cosa deseada- Te amo demasiado, mi amor. -Una lagirmilla escapó de sus ojos, pero no se confundan, era de felicidad por tenerlo de nuevo, por ser recibido de nuevo, por volver a ser amado por él, porque aún en las sombras Mikado Dubois, amaría a Reiji sin importar nada más- te amo...

Reiji: -separó sus labios de los ajenos tan sólo por un segundo pues sintió como "algo" estaba recorriendo su mejilla, y ese algo era nada más y nada menos que una lagrimita del mayor. Se preocupó un poco por el hecho, es decir, si rebuscaba dentro de su memoria sólo una vez lo había visto de esa forma, si no es que esa imagen sólo estaba dentro de sus sueños- Mikado... -murmuró con cariño, intentando tranquilizarle- Prometo que la próxima vez que derrames una lágrima será en nuestra boda. -Limpió el rastro que había dejado en la mejilla del mayor y en la suya, con su índice-. Así que sonríe ¿si? Muéstrame la sonrisa de la que me enamoré. 

Mikado: -Su mejilla se dejó caer entre los dedos que le acariciaban, rozando suavemente con estos mientras se hacían de las escasas lágrimas que lograron escapar y que fueron limpiadas tan gentilmente por su índice, había sido seducido por ese tacto del que gozaba y era imposible negarse aún cuando el uso era el de "pañuelo"- Casi no me has visto llorar, así que supongo que es normal que te sorprenda o te asuste el verme así...-su voz era nitida pero baja, como si se perdiera con cada movimiento respiratorio que realizaba- pero estoy demasiado feliz para contenerme y ésta -terminó por cerrar sus ojos- es mi forma de expresarlo -dibujó una pequeña sonrisa que sirvió para dar fin a su dialogo minusculo-.

Reiji: -Una pequeña sonrisa también se formó en sus labios, acompañándolo en el sentimiento. Quizá el dolor pasado había sido profundo, sí, no podía negarlo, sin embargo, eran esos pequeños momentos y detalles los que los hacían unirse una vez más, continuando, día a día por su camino. Aceptó sus palabras casi después de escucharlas, si esa era su razón bueno pues, qué mejor.- Entonces, no las contengas... estaré aquí contigo, a tu lado. -elevó un poco su rostro para alcanzar con sus labios la frente del mayor y depositar allí un besito que le decía en silencio algo como "Cariño mío, protegeré esa sonrisa aún si me cuesta la vida"-.

Mikado: Qué amable eres -sus ojos permanecian cerrados, posiblemente porque su visión se nublaría de abrirlos y no quería ver su imagen corrompida por el agua, le gustaba verlo siempre perfecto, detallando su rostro, la forma de su nariz, sus ojos, sus cejas, su cabello caer sobre su frente, el color de su piel; por supuesto que no permitiria que el almacenar líquido le impidera verlo tal como era- Sólo dame unos segundos y estaré bien, no necesito más... -era como si evitara ahogarse, liberando una carga tan pesada que le había llegado al cuello despues de días de agonía- sólo unos segundos... -bajó el rostro y chocó contra su pecho- 3 segundos más...-su respiracion se agitó- 2 segundos más -suspiró- 1 segundo más...

Reiji: -Asintió ligeramente, como si con ello le contestara en silencio que estaría allí el tiempo que fuese necesario hasta que ese sentimiento se vaciara, o bien, saliera de su sistema. Tal vez tenía una idea errónea pero... el hecho de que pidiera segundo a segundo un espacio, lo hacía comprender el dolor por el que había pasado. Joder, él mismo lo había vivido, es sólo que lo había manifestado de una manera completamente destructiva pero bueno, no nos enfoquemos en eso.-Todo el tiempo que quieras, mi vida... estoy aquí contigo, mi amor. -su diestra se situó cerca de la nuca del otro y se paseó por las ebras que componían su cabello, intentando tranquilizarlo y reconfortarlo- ...ya, todo está bien, cielo. Estoy aquí... ¿me sientes? -la zurda se encargó de presionarlo contra su propio cuerpo-.

Mikado: -No pudo negar que, esas palabras ayudaron a liberar la carga mas rapidamente, pero sentía el amargo en su boca por los momentos vividos, no fue tanto el dolor, el desazón de saber que lo había perdido, pero ¿por qué seguía viviendo esos momentos? Simple: quería recordar lo que era el no tenerlo, para apreciarlo por siempre de ahora en adelante. Las caricias que le propinaba lo regresaban al presente, uno en donde el reposaba su cuerpo sobre el de Reiji, acomodados en el sillon del lugar. Tomó un último aliento antes de decidir calmarse para no dañar el buen ambiente, no deseaba que se volviera un momento "oscuro" y manchar la celebración de su regreso, por lo que sonrió de nuevo, esta vez "seco" del rostro, limpio, tranquilo- Reiji.. -susurró su nombre aún, porque decidió darle un toque dulce- Reiji...-dijo de nuevo cuando eliminaba la poca distancia que los separaba- te am....-la "o" fue devorada por su boca y succionada por su lengua, no pudiendo resistirse mas a besarlo-.

Reiji: -Definitivamente acababa de hacerse una promesa: proteger esa sonrisa a costa de lo que fuera.- Sí... aquí estoy, aquí estoy mi amor. -le sonrió intentando demostrarle el cariño que le tenía, no, más que eso, su amor, sí. Ah. Y qué mejor manera de hacerlo que la que ahora estaba proponiendo.- Mikado... -ese "te amo" lo hizo vibrar por completo y no pudo negarlo ni mucho menos esconderlo; no sólo porque sus labios de un momento a otro se envolvían y se acoplaban como perfectas piezas de un rompecabezas, no, sino que para ser sinceros también lo necesitaba de esa forma, lo deseaba, lo anhelaba de una manera indescriptible- ...te amo... muchísimo -apenas se daba el espacio para respirar y para murmurar aquellas palabras una y otra vez. Simplemente no deseaba volver a tragar ese sabor amargo-.

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