6.05.2012

[Rol] Shin to Reiji


S: Hey, enano. –Vio al menor en silencio, con los puños cerrados, cabizbajo, como pocas veces solía estar- ¿Qué sucede? –Se acercó a él lentamente y sin tomar en cuenta que lo que podría recibir sería un puño o un golpe en la cara, acarició su cabello en un acto de hermano mayor-.

R: –Guardó silencio, las palabras no querían salir de sus labios y sabía perfectamente el porqué. Tal vez este era uno de esos momentos en que sólo necesitaba el apoyo de su “hermano mayor”. Los dedos contra su cabellera y la mano acariciándole le hicieron recordar que todavía estaba con vida, pero… había un vacío, un terrible vacío en todo su interior-.
 
S: –Entendió su silencio a la perfección porque compartía, de cierto modo, el sentimiento de haber tirado todo a la basura en un par de minutos. Sin embargo, él sabía sobrellevar esa carga de otra forma.- Oye, tranquilo. –intentó confortarle en vano. El castaño simplemente no reaccionaba, estaba “seco”. Una sonrisa amarga se dibujó en sus labios, intentando animarlo de nuevo pero el menor ni siquiera dirigía su mirada hacia él. Resopló antes de acercársele una vez más. Justo en ese instante lo tomó de la mano y lo atrajo hacia sí para estrecharlo entre sus brazos como si fuera ese niño perdido y llorón que tanto anhela encontrar a su madre.- Yo estoy aquí, Rei-chan. –Sus brazos parecieron tenazas pues no lo dejaría ir por más que ese fuera su deseo. De cierto modo se sentía culpable por haber mantenido esa idea de que “nada sucedería” o mejor dicho de que “no habría mayor problema”. Error. Un terrible error-.

R: No soy un niño, Shin. –replicó automáticamente al oírlo añadir un “–chan” a su nombre. El albino sabía que era molesto e incluso doloroso escuchar ese tipo de diminutivo, sin embargo lo había utilizado. ¿Acaso no entendía? ¿Acaso su silencio no era suficiente para que comprendiera la situación? ¿De verdad Shin Natsume era el idiota que todos pensaban que era? –Eres un idiota. –murmuró contra su hombro. La presión de sus brazos no lo dejaba llegar más lejos, pese a esto, no correspondió el gesto. La gravedad ejercida en sus brazos era indescriptible; sentía como si su cuerpo no pudiese responder, como si todo aquello fuesen únicamente las sombras de la realidad, “un mal sueño, seguramente”. Sí, eso era. Un jodido sueño-.

S: Eso lo sé. Pero eso no te quita el hecho de que seas mi hermano menor. –afirmó seguro de sus palabras. Mas que su propio dolor, el ver a Reiji de esa forma era jodidamente doloroso, incluso insoportable para sus ojos pero como buen hermano mayor que decía ser, debía soportarlo. Siempre lo soportaría y se mantendría de pie por sus seres queridos, pues estaba seguro que eso de alguna forma los ayudaría a ver su camino. –Dime, ¿es tan grave la situación? –preguntó en un tono bajo, rozando con un susurro. La preocupación por ese ser querido suyo se acrecentó. Pero ¿qué podría hacer sino abrazarlo y decirle–: Hey, hermano, todo va a estar bien. Ya lo verás.

R: No. Y mil veces no. Esto no está ni estará bien. –estalló. Por fin estalló. Utilizó demasiada fuerza en sus manos, tanto que sirvieron para empujar al albino y así, poderse deshacer de esa unión inútil. –Tú jamás vas a entenderlo, imbécil. –la rabia, el enojo, la frustración y el dolor se juntaron en su pecho impidiéndole decir más. Su mente estaba hecha un caos y en lo único que podía pensar era en que tenía que librarse de su existencia. Una palabra salida de quién-sabe-donde arremetió contra su mente–: Suicidio. -Y fue tal impacto que terminó susurrándola sin darse cuenta de que el único miembro de su familia (según ambos) estaba presente y por ende, sería su cómplice y testigo-.

S: –Qué cobarde eres, Reiji, por pensar en algo como eso. –Sus manos se movieron automáticamente en dirección hacia el menor. Lo atrajo hacia sí por el cuello de su camisa; lo cargó un par de centímetros de forma intimidante. Lo miró fijamente, casi fulminándolo por tener ese tipo de ideas estúpidas y cobardes pues no era nada más que eso. –Esto es lo más estúpido que alguna vez has pensado hacer, enano. ¿Cómo puedes si quiera considerarlo? ¿Qué acaso no tienes los suficientes huevos para seguir adelante? –el castaño terminó ignorándolo, evadiendo su mirada- ¡Despierta, carajo!

R: Tú mismo lo dijiste. –rió por lo bajo. A veces el albino tenía razón con lo que decía, sin embargo, no era absolutamente consciente del impacto que tendría su regaño contra él en momentos como éste. –No tengo las bolas para seguir adelante. –sonrió, cínico como había aprendido a actuar, le miró-. Mi vida está con él. Mi vida le pertenece a él nada más. –sus ojos acumularon “agua” y se le hizo borrosa la vista. Tuvo que parpadear varias veces para poder enfocar su imagen adecuadamente-. ¿Tú que sabes? Shin… jamás podrás comprenderlo. –volvió a reírse, incluso burlesco pues sabía que era verdad y que había sido el maldito mocoso que había echado sal a la herida que todavía no sanaba por completo-.

S: -No pudo aguantarlo más. De igual forma estalló. Su hermano sabía las heridas y los dolores con los que lidiaba en las noches y se había aprovechado de ello. Entendía que a veces las personas dicen cosas estúpidas cuando no están en sus 5 sentidos, pero esto había sido el límite. –Definitivamente lidiar contigo es imposible. –lo aventó contra el suelo como si fuese un saco de papas y por supuesto el menor no se inmuto siquiera; eso lo molestó aún más-. Si realmente quieres morir, adelante. Sé el cobarde que termine con su vida.

R: Yo no tengo la voluntad ni las ganas de continuar en este jodido mundo. No soy merecedor de su perdón, ni siquiera de estar con él… -la sonrisa burlona y cínica desaparecieron de su rostro, dejándolo en clara evidencia de que estaba terriblemente mal, y que, sinceramente lo único que deseaba era regresar el tiempo, borrar todo ese dolor… si pudiese cambiar todo aquel trago amargo por uno lleno de felicidad, joder, no dudaría en dar hasta su vida por ello.- ¿Acaso es tan difícil entender que lastimé a la persona que más amo? –sintió una presión increíble en su pecho, había tanto allí que debía sacar pero que se negaba a hacerlo que dolía… dolía demasiado. Ni un golpe ni un balazo se compararían con esa confusión, con el torbellino de emociones al que estaba sometido gracias a su mente desastrosa-. O dime, ¿tú celebraste cuando viste a tu persona más amada llorar por tus acciones? –con ayuda de sus manos y sus piernas logró incorporarse. Y, mientras hablaba, se acercó al mayor, reprochándole todo aquello-: Shin, ¿acaso tú te sentiste bien cuando lo destrozabas? …Deliberadamente lo heriste y ahora estás como estás. ¿No es cierto? Hm. No deberías ni tomarte la pena de ocultarlo, lo sabes bien.

S: -De nuevo le había dado un golpe bajo. No pudo evitar que sus pupilas terminaran pareciendo como las de un dragón, pues eso era: Un hibrido… un demonio dragón. Agitó su cabeza con fuerza. Debía calmarse o de lo contrario lastimaría a su hermano sin siquiera darse cuenta. Si dejaba que sus sentimientos se apoderaran de él terminaría matándolo. –¡No! ¡Ya basta Reiji! –gruñó. –Deja de decir eso… -apretó su puño intentando tranquilizarse- Yo no…

R: Shin… no hay peor ciego que el que no quiere ver. –ladeó su rostro, poco a poco conseguía lo que deseaba: morir a manos de su hermano. –Es por eso que tú jamás lo entenderás… Jamás podrás amar a alguien como lo hice yo. –Su cuerpo parecía traicionarlo, sus sentimientos derrotarlo, y su mente martirizarlo. Lágrimas recorrieron sus mejillas como en tan pocas ocasiones han hecho; su respiración se volvió entrecortada y su pecho se infló… pero ese vacío interior no cedió.- Y aún si no puedes amar ni ser amado… terminaste herido. –Dijo para sí mismo más que para el otro.- Terminaste hiriéndolo… lastimándolo… marcaste su cuerpo y su mente como prometiste que jamás harías. Deseabas su felicidad y trabajabas por ella… y sin embargo… tus acciones terminaron haciendo completamente lo contrario. –su voz apenas era un murmuro, uno entrecortado. Levantó su rostro y clavó su mirada en los ojos rojos escarlata del albino-. Si no terminas con mi vida… lo haré yo mismo.

S: -¿Qué podría decir y negar si todo aquello era verdad? Los reproches tenían fundamento y por ello dolía más de lo que alguien podía imaginarse. No había ni música ni libro que reflejara todo el pesar y el desgarre que un alma y un cuerpo podían enseñar.- ¿Sabes qué es lo más doloroso del asunto? –hizo una pequeña pausa, hasta que el menor asintió, como queriendo escuchar su respuesta, si es que había una- …que tu hermano le eche sal a la herida y que te provoque para que lo lastimes. -Volvió a atraparlo entre sus brazos, esta vez ejerciendo aún más fuerza.- Pero no importa. Estaré aquí contigo, cuando nadie más lo ha hecho. Yo seré el único que te ayudará con el peso de tus errores y que te tenderá una mano para que te levantes cuando has caído, Reiji. –tragó saliva para que su voz no sonara atropellada-. Soy tu hermano, carajo. Ese es mi deber.

R: -Las palabras llegaron profundamente a su mente. Era cierto, allí había estado el hermano mayor, Shin Natsume, cuando lo necesitaba. Era quien lo protegía hasta de sí mismo, y quien, entrometiéndose con los demás, no lo había juzgado ni abandonado. Simplemente era su hermano… era su jodido hermano. –Lo siento.

S: -Creyó que por fin había hecho entrar al castaño en razón, sin embargo, terminó cometiendo un error más. De pronto sintió como el par de manos ajenas rodeaban su torso con una fuerza descomunal, pues hacían presión contra su torso de forma lacerante. Oyó el “crack” de un par de sus costillas, y fue entonces cuando de verdad sintió un dolor profundo, insoportable. Pero no, la voluntad de un hombre, recordó, no podría romperse tan fácilmente. Mordió sus labios con fuerza para no quejarse más que con los gestos de su rostro. El menor, no conforme, comenzó a arremeter varios golpes contra todo lo que era su diafragma. Pero él no gritó ni gimió de dolor.- Vamos… si quieres… que sea tu saco… de lucha… lo seré.

R: -¿Por qué decía eso? ¿Por qué demonios no lloraba o gemía de dolor? Maldito albino, bien entrenado. Eso sólo lo enfurecía más. Lágrimas, golpes, gruñidos y varios “crack” de los huesos se hicieron presentes. El hundimiento de sus nudillos contra su estómago era cada vez más agotador pues no obtenía ninguna respuesta por parte de su víctima.- ¡Así no tiene caso! ¡¿Por qué demonios no te mueres ya?! ¡Ni siquiera puedes hacer algo bien! ¡No puedes terminar con mi vida pero te niegas a morir! ¿cómo… tú? –por fin se rindió. La intensidad y la fuerza de sus golpes bajaron, estaba terriblemente agotado.- Te odio… te odio. –lloró contra su pecho lastimado por su propia mano. Sus nudillos dolían pero más que todo aquello, eran sus ganas de morir las que lo mantenían despierto-.

S: -¡Ah! Ese era el Reiji por el que había esperado toda la noche, por el que había aguantado cada golpe sin emitir sonido o queja. Era su verdadero ser el que finalmente mostraba. –Discúlpame por esto. –sujetó las manos del menor y lo obligó a darse media vuelta. Cruzó sus hombros por encima de su cabeza y aplicó la fuerza de demonio dragón que con tanto recelo había guardado para sí mismo, así que, haciendo una palanca seguida de un “crack” terminó dislocándole ambos hombros, dejándolo parcialmente indefenso.- Con eso… no podrás lastimarte ni lastimar a nadie por un buen tiempo.

R: ¡¡¡Ahhh!!! –gritó de dolor cuando sin darse cuenta ya tenía el hombro derecho dislocado, seguido de un izquierdo. Apretó fuerte los dientes, tenía que aguantarlo lo más que pudiera pues él mismo lo había pedido ¿no? Había querido morir… ¿qué no era ese su deseo? -…Kjj… más… termina… con el trabajo. –Emitió la orden cruelmente. Mientras tanto, intentaba mover sus brazos inútilmente, las manos no le respondían y eso lo hacía enfurecerse más. Ahora sí se sentía un completo parásito. Sólo faltaba arrastrarse por el suelo, y rogar por su vida-. ¡Termínalo!

S: -Negó con la cabeza para después soltar un suspiro, ignorando por el momento el dolor interno (físico, mental) que mantenía su cuerpo- Es hora de dormir, hermano. –Su diestra se elevó a la altura de su nuca y con un golpe certero lo noqueó.- Todo terminó. –La gravedad hizo efecto en el cuerpo del menor que terminó desfalleciendo sobre unas manos que estaban tendidas ante él.- Vámonos de aquí. –pasó su mano por la cintura del menor que terminó cediendo por la mala ante sus plegarias. Él suspiró pesadamente y como buen hermano mayor que era, se dijo, tendría que llevarlo con Calvin para sanar las heridas de ambos y por fin… avanzar. Lo había levantado y había caminado con él en sus brazos.- Pues eres mi hermano…

4.29.2012

[Rol] Símbología

"Cuando lo extraño mucho, mucho, muuuucho veo las cosas que me atan a él de una forma indescriptible. De esa forma recuerdo, de una manera más firme y física, que sigo vivo. Y que lo que he vivido con él no ha sido mentira ni farsa ni ilusión."

Reiji Azuma.

3.25.2012

[Rol] Reiji to Mikado [2]

Reiji: -Tomó el celular y puso "grabar" mientras hablaba, viéndolo fijo a los ojos, y todavía sujetando una de sus manos- Mikado, te amo. -le dijo al celular pero al mismo tiempo al otro, para que no se olvidara de que-: Quiero estar contigo hasta que mis días terminen. Deseo pasar las noches a tu lado, ya sea uniéndonos o simplemente abrazándonos y brindándonos calor tanto para nuestro cuerpo como para nuestra alma. Quiero vivir a tu lado. Deseo ser tu escudo y tu arma, mi amor. Quiero que confies en mí plenamente y por supuesto mi más grande y ferviente deseo es que nos sigamos amando después de habernos casado y posteriormente, tener nuestra familia. Así como varias veces te lo he dicho, Mikado, mi amor, mi amante, mi confidente y mi todo, te amo y te amaré hasta que mi vida sea consumida por el tiempo. Tuyo, por siempre, Reiji Azuma. -apretó el botón de "detener" para que quedara guardado-.

Mikado: -pestaño un par de veces-. Mi amor....ese mensaje es -sonrió como idiota-.

Reiji: de nada, de nada~ Pero lo dije en serio. Que no se te olvide.

Mikado: -le dio un beso rapido en los labios- muchas gracias, con este mensaje ya puedo dormir tranquilamente -continuaba sonriendo de esa manera idiota, demostrando su felicidad-.

Reiji: Se hace bien, Ba-ka-do~ -con su mano libre sujetó el rostro del otro y llevó sus labios previamente humedecidos por su lengua, a los del mayor y los besó suavemente durante severos segundos, para después succionar sus labios, intentando llenarse de su sabor, de ese dulce sabor al cual era totalmente adictivo-.

Mikado: mmm...Reij...-era demasiado tarde para pronunciar palabra alguna, de nuevo caía rendido ante sus labios, esos que sabían bien como guiarle y sumergirlo en el dulzor y el calor que aunque negara, producían. Deslizó el celular dejándolo caer al suelo, porque ahora no le importaba, a pesar de contener palabras de tanta importancia, quizo dedicar total atención a su bicho, su único y verdadero amor, porque aunque hubieron otros antes de él, ya sabía que solo podía amara Reiji Azuma. De haber podido correr sus brazos lo hubieran hecho, ganando velocidad para envolverlo y presionarlo contra su cuerpo que pedía por ese contacto como única cosa deseada- Te amo demasiado, mi amor. -Una lagirmilla escapó de sus ojos, pero no se confundan, era de felicidad por tenerlo de nuevo, por ser recibido de nuevo, por volver a ser amado por él, porque aún en las sombras Mikado Dubois, amaría a Reiji sin importar nada más- te amo...

Reiji: -separó sus labios de los ajenos tan sólo por un segundo pues sintió como "algo" estaba recorriendo su mejilla, y ese algo era nada más y nada menos que una lagrimita del mayor. Se preocupó un poco por el hecho, es decir, si rebuscaba dentro de su memoria sólo una vez lo había visto de esa forma, si no es que esa imagen sólo estaba dentro de sus sueños- Mikado... -murmuró con cariño, intentando tranquilizarle- Prometo que la próxima vez que derrames una lágrima será en nuestra boda. -Limpió el rastro que había dejado en la mejilla del mayor y en la suya, con su índice-. Así que sonríe ¿si? Muéstrame la sonrisa de la que me enamoré. 

Mikado: -Su mejilla se dejó caer entre los dedos que le acariciaban, rozando suavemente con estos mientras se hacían de las escasas lágrimas que lograron escapar y que fueron limpiadas tan gentilmente por su índice, había sido seducido por ese tacto del que gozaba y era imposible negarse aún cuando el uso era el de "pañuelo"- Casi no me has visto llorar, así que supongo que es normal que te sorprenda o te asuste el verme así...-su voz era nitida pero baja, como si se perdiera con cada movimiento respiratorio que realizaba- pero estoy demasiado feliz para contenerme y ésta -terminó por cerrar sus ojos- es mi forma de expresarlo -dibujó una pequeña sonrisa que sirvió para dar fin a su dialogo minusculo-.

Reiji: -Una pequeña sonrisa también se formó en sus labios, acompañándolo en el sentimiento. Quizá el dolor pasado había sido profundo, sí, no podía negarlo, sin embargo, eran esos pequeños momentos y detalles los que los hacían unirse una vez más, continuando, día a día por su camino. Aceptó sus palabras casi después de escucharlas, si esa era su razón bueno pues, qué mejor.- Entonces, no las contengas... estaré aquí contigo, a tu lado. -elevó un poco su rostro para alcanzar con sus labios la frente del mayor y depositar allí un besito que le decía en silencio algo como "Cariño mío, protegeré esa sonrisa aún si me cuesta la vida"-.

Mikado: Qué amable eres -sus ojos permanecian cerrados, posiblemente porque su visión se nublaría de abrirlos y no quería ver su imagen corrompida por el agua, le gustaba verlo siempre perfecto, detallando su rostro, la forma de su nariz, sus ojos, sus cejas, su cabello caer sobre su frente, el color de su piel; por supuesto que no permitiria que el almacenar líquido le impidera verlo tal como era- Sólo dame unos segundos y estaré bien, no necesito más... -era como si evitara ahogarse, liberando una carga tan pesada que le había llegado al cuello despues de días de agonía- sólo unos segundos... -bajó el rostro y chocó contra su pecho- 3 segundos más...-su respiracion se agitó- 2 segundos más -suspiró- 1 segundo más...

Reiji: -Asintió ligeramente, como si con ello le contestara en silencio que estaría allí el tiempo que fuese necesario hasta que ese sentimiento se vaciara, o bien, saliera de su sistema. Tal vez tenía una idea errónea pero... el hecho de que pidiera segundo a segundo un espacio, lo hacía comprender el dolor por el que había pasado. Joder, él mismo lo había vivido, es sólo que lo había manifestado de una manera completamente destructiva pero bueno, no nos enfoquemos en eso.-Todo el tiempo que quieras, mi vida... estoy aquí contigo, mi amor. -su diestra se situó cerca de la nuca del otro y se paseó por las ebras que componían su cabello, intentando tranquilizarlo y reconfortarlo- ...ya, todo está bien, cielo. Estoy aquí... ¿me sientes? -la zurda se encargó de presionarlo contra su propio cuerpo-.

Mikado: -No pudo negar que, esas palabras ayudaron a liberar la carga mas rapidamente, pero sentía el amargo en su boca por los momentos vividos, no fue tanto el dolor, el desazón de saber que lo había perdido, pero ¿por qué seguía viviendo esos momentos? Simple: quería recordar lo que era el no tenerlo, para apreciarlo por siempre de ahora en adelante. Las caricias que le propinaba lo regresaban al presente, uno en donde el reposaba su cuerpo sobre el de Reiji, acomodados en el sillon del lugar. Tomó un último aliento antes de decidir calmarse para no dañar el buen ambiente, no deseaba que se volviera un momento "oscuro" y manchar la celebración de su regreso, por lo que sonrió de nuevo, esta vez "seco" del rostro, limpio, tranquilo- Reiji.. -susurró su nombre aún, porque decidió darle un toque dulce- Reiji...-dijo de nuevo cuando eliminaba la poca distancia que los separaba- te am....-la "o" fue devorada por su boca y succionada por su lengua, no pudiendo resistirse mas a besarlo-.

Reiji: -Definitivamente acababa de hacerse una promesa: proteger esa sonrisa a costa de lo que fuera.- Sí... aquí estoy, aquí estoy mi amor. -le sonrió intentando demostrarle el cariño que le tenía, no, más que eso, su amor, sí. Ah. Y qué mejor manera de hacerlo que la que ahora estaba proponiendo.- Mikado... -ese "te amo" lo hizo vibrar por completo y no pudo negarlo ni mucho menos esconderlo; no sólo porque sus labios de un momento a otro se envolvían y se acoplaban como perfectas piezas de un rompecabezas, no, sino que para ser sinceros también lo necesitaba de esa forma, lo deseaba, lo anhelaba de una manera indescriptible- ...te amo... muchísimo -apenas se daba el espacio para respirar y para murmurar aquellas palabras una y otra vez. Simplemente no deseaba volver a tragar ese sabor amargo-.

[Rol] Reiji to Sedras

 No sé si fue la música la que me hizo decir ese tipo de palabras... no sé si fue por algo de mi pasado, pero en verdad, en ese justo momento Reiji y yo fuimos uno -sigh-.

"Antes... Tenía la fiel creencia de que la persona que más amaba moriría conmigo. O al menos, yo moriría en sus brazos, y le sonreiría por última vez. Le dedicaría mi última sonrisa a esa persona. -sigh- Los tiempos cambian... las personas también. Lo nuestro no es para siempre y ahora estoy consciente de eso. Aniki, aunque nos aferremos a las personas, con toda nuestra fuerza, el destino de todos... es morir solos. Pero ¡hey...! El recuerdo de nosotros en ellos siempre vivirá. Y visceversa. Aquellos que se han ido antes... su recuerdo... su sonrisa... la sombra pálida de lo que fueron alguna vez, siempre estará en tu corazón." Reiji Azuma.

[Rol] Reiji to Mikado

Digamos que probablemente éstas fueron las mejores palabras que pude emplear en mi Rol de Reiji con Mikado. Cuando él se pone celoso es increíblemente lindo, sin embargo, también denota su inseguridad. Es por eso que...

"Me gusta presionarlo y también decirle cosas como "te violaré" y eso... sus sonrojos son !ah! encantadores... -tomó la mano contraria y la guió hasta su pecho- pero mi corazón, mi cuerpo, mi mente y mi alma sólo te pertenecen a tí. El tonto de mi corazón sólo late fuerte cuando tú me abrazas o me besas. Mi cuerpo sólo se estremece con tus caricias. En mi mente sólo tú eres el protagonista de mis más tiernos sueños. Y mi alma... mi alma necesita estar al lado de la tuya." Reiji Azuma.

3.17.2012

Como si fuera la última vez. [by CP]

Hoy 25 de Octubre es tu cumpleaños, mi vida…

Quisiera que fuera un día más a tu lado, una risa más junto a ti; quisiera poderte estrechar en mis brazos y darte un montón de besos por todo el rostro porque hoy, sí, hoy todo el mundo debería de estar feliz porque se cumple un año más de tu vida; se cumple un año más de la vida de la persona que más he amado.

Que más quisiera yo poderte dar todo lo que te mereces, que créeme debería de ser lo mejor que existe en éste mundo, sea un objeto o un sentimiento, debería de poder hacerte lo más feliz… ojalá pudiera brindarte algo que no te permita sufrir o que aminore el dolor que en cualquier momento nos llega… ojalá pudiese darte una vida más longeva para que vivieras más momentos inolvidables y conocieras más personas increíbles, así como disfrutar más lugares deslumbrantes.

Si pudiese estar en mis manos el ser tu verdadero escudo y tu indestructible espada, lo sería. Y créeme, estoy seguro de que un día lo fui, y al mismo tiempo tú lo fuiste para mí.

A veces he deseado regresar el tiempo y poder vivir esos momentos otra vez. Yo estaba completo en tus brazos, a tu lado. Mi propósito en la vida era el protegerte, el hacerte compañía, el cuidarte, el hacerte sentir amada como ninguna otra persona alguna vez se ha sentido. Mi propósito era vivir junto a ti, y para ti.

Sabía que yo no te merecía porque de alguna u otra forma mis demonios –aquellos que me quitaban el sueño en casi todas las noches antes de conocerte- no desaparecerían. Fuera por el motivo que fuese tú eras mi todo… sólo tú has tenido el poder de armarme aún cuando me he roto en mil pedazos. Sólo tú podías hacerme ver la luz dentro del abismo. Sólo tú me amabas con mis virtudes y mis imperfecciones… me decías que era increíble, y que jamás dejarías de amarme.
Prometimos y juramos en varias ocasiones que jamás nos separaríamos y que cualquier problema que se nos presentase, fuese a uno o a ambos, lo resolveríamos como lo que somos: dos simples humanos.

Había simplicidad en tus besos, en tus abrazos, en la forma en que me mirabas e incluso en la sonrisa que me dedicabas. Sí… para otra gente. Para mí eran gestos de amor y cariño, pues me daban a entender que yo no era tan malo después de todo, y que tal vez algún día podría redimirme de todos mis pecados, de que yo… era importante para alguien.
Pero no me malinterpretes, no creas que yo era débil, no. Y mucho menos ha infulido mi familia o mis amigos en ello. No. Yo conozco y conocía a personas que probablemente jamás las olvidaré –aún si lo intento-. Sin embargo, sólo tú eras quien encendía la llama en mi interior.

No deseo que me recuerdes como alguien que te lastimó o como alguien que de pronto se rindió. No. La vida me enseñó que nada se logra si uno se rinde o si se pone límites. Incluso la muerte por sí misma no es un límite, y por tanto, no debería de detenernos a la hora de querer vivir.

Pero ya me estoy desviando del tema. Lo siento por eso. Como recordarás soy demasiado elocuente y tiendo a esparcir ideas creadas de la nada… ¿recuerdas?

Ahora que reparo en el hecho… ¿algún día de estos, en que no hemos estado juntos, me recordaste? ¿Alguna vez has extrañado el tiempo en que íbamos mano a mano, siempre, hombro con hombro en nuestro recorrido?

…Sinceramente es muy difícil tratar de escribir las memorias en un pedazo de papel; a veces ni siquiera la mente puede recordarlos, aún si intentamos. Qué pesado es éste sentir. Muchas veces he deseado morir porque el dolor de tu partida es tan profundo que mi alma lo resiente durante varias semanas.

Joder, mi único consuelo es que tú ya tienes nuevos propósitos e incluso ya estás en un camino al que yo no he sido invitado a transitar. Pero deteniéndome en esto ¿de qué me sirve el llorar y suspirar por tu ausencia? …ya no me sirve de nada. Simplemente hoy te recuerdo por ser un día especial para ti.

Lo siento, jamás fui demasiado bueno ni para felicitar a alguien y mucho menos fui lo suficientemente fuerte para soportar una despedida. Quizá debí ahorrarte todo el dolor o felicidad del recuerdo y sólo debí de haberte dicho un “Felicidades. Que cumplas muchos años más. Un beso y un abrazo”. Pero eso está mal ¿no es cierto? Varios años juntos no pueden resumirse en menos de 15 palabras. No… no puede ser así.

Te pido una disculpa de antemano, pues sólo pensaba recordar las cosas buenas, pero posiblemente ahora mi dolor ya es demasiado profundo. Ojalá pudieses entender tan sólo un poco…

Era como nuestra historia ¿recuerdas? …nuestros personajes estaban fuertemente vinculados y no aceptábamos a nadie más –sólo éramos tú y yo-. En ese entonces éramos un poco más jóvenes y teníamos sueños posiblemente inalcanzables. Pero me gustaba ¿sabes? Me encantaban las ideas que te incluían a ti y a mí estando juntos; hasta que un día las canas se hicieran de nuestro cabello y nuestros rostros estuviesen cubiertos de arrugas… pero nosotros seguiríamos con vida, nuestros ojos se dirían cosas que sólo ellos entenderían. Yo miraría tus labios y tú, con ese sentimiento de vergüenza, me sonreirías de forma nerviosa.

Eres una mujer increíble y quiero que jamás dudes de ello. Tienes una fuerza que jamás he visto en otra persona, por eso mismo hoy brindo por ti… he levantado mi copa llena del vino que te encantaba y le he dado un trago largo.

Brindo por ti, mi vida. Rezaré –como cada día lo hago- para que permanezcas muchos años más en éste mundo, en éste planeta… el hogar de todos mis recuerdos y mis vivencias junto a ti.

Mi vida, te pido que mires al cielo y recuerdes cuando te dije la primera vez que te amaba.

Esto último te lo digo desde el fondo de mi corazón, desde el verdadero sentimiento, esto te lo dice mi alma: -Sé feliz y vive intensamente. Te amo, mi pequeña. Te amo a ti y sólo a ti.

Por siempre tuyo.

C. P.

1.19.2012

[Quote] El Príncipe Maldito

Bien, sé que no he puesto mucho en el blog, pero realmente no es que lo utilice mucho. Mil disculpas por eso. Pero verán, les traigo una noticia nueva, hace poco, precisamente el 1ro de Enero del 2012, mis papás fueron a ver a un tío mío que había sufrido un accidente un par de semanas atrás y bueno, en tal visita, resulta que cuando regresaron a mi casa mi madre me entregó dos libros, "prestados", según me dijo ella.

Sinceramente no sé quién sea el dueño de éstos pero le agradezco inmensamente por haberse tomado la molestia de comprarlos y de prestarmelos, a sabiendas que yo los leería hasta cansarme. ¡Por eso, muchas gracias dueño de los libros!



En fin, ya retomando el motivo de éstas dos quotes o bien citas del libro, es como doy la recomendación absoluta de éste mismo.

El autor se llama Ramón Obón y es Mexicano. Así que si está a su disposición darle una hojeadita o bien, comprarlo, estaría genialísimo.


...Apenas terminé de leerlo hace, apróximadamente, media hora. Y no tardé ni 3 semanas en poder disfrutarlo en todo su esplendor.

En fin, hago ésta entrada con el fin de poner dos de las quotes que más me gustaron en todo el libro, invitándolos a que se aterrorizen con él.


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"Nada ha cambiado desde el inicio de los tiempos hasta ahora. ¡El hombre sigue matando por cualquier causa o motivo, con justicia o sin ella!" - Sophía de Ferenc.

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"[...] Hay fuerzas sobrenaturales que gravitan sobre nosotros. Cosas que no entendemos. Fenómenos ante los cuales no tenemos una explicación racional. La lógica choca con lo místico y lo misterioso. Para creer en todo eso, hay que deshacernos de los fantasmas a través de nuestra cultura, que nos dice que sólo hay que aceptar lo que se puede explicar, tocar, ver o percibir por medio de los sentidos. Fuera de ese campo, llamamos a lo inexplicable o fenómenos paranormales, supersticiones o leyendas sin fundamento sin que nos detengamos a cuestionar por un solo instante, si todo eso que rechazamos por no estar dentro del mundo racional, puede ser verdadero y por ende existir..." - Catherine Bancroft.